El verano es la época del año que casi todos elegimos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, este momento de máxima afluencia de turistas y viajeros coincide con el aumento de las temperaturas y cambios en nuestros hábitos de vida, que por norma general se vuelven menos saludables. Todo esto puede llegar a afectar a nuestro músculo más importante: el corazón.
Por ello, en la entrada de hoy vamos a mostraros las claves para mantenerlo en forma y evitar todo tipo de problemas cardiovasculares, como por ejemplo los infartos de miocardio. También haremos referencia a los Desfibriladores Externos Semiautomáticos o DESA, que son unos aparatos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de episodio cardíaco. Por tanto, deben estar presentes en los principales centros turísticos estivales, desde hoteles, piscinas, campings y restaurantes a aeropuertos, estaciones de trenes o cruceros.
En verano aumenta el riesgo de padecer un infarto
Los aumentos de la temperatura y la ausencia de ejercicio y alimentación sana que caracterizan las vacaciones están en el origen del incremento de los ataques al corazón que se producen en verano. Debido a ello, la Fundación Española del Corazón o FEC aconseja llevar a cabo una serie de actuaciones que vamos a enumerar a continuación.
La hidratación es esencial
En época estival nuestro cuerpo va a perder entre dos y tres litros de agua diarios. Para evitar que el calor excesivo provoque daños en nuestra salud es esencial estar siempre hidratado. En este sentido, hay que beber agua constantemente, aunque no tengamos sed. De hecho, no tener sed es uno de los síntomas habituales de la deshidratación, así que hay que tener cuidado. En ocasiones puedes tomar zumos, mejor si son naturales, pero se desaconsejan las bebidas carbonatadas.
Cuida tu alimentación
Aunque intentemos controlarnos, el verano y las vacaciones suelen estar asociados a una dieta mucho menos saludable que la que llevamos el resto del año. Salimos a comer y a cenar con más frecuencia, probamos alimentos nuevos que están muy ricos y nos tomamos más copas de la cuenta. Todo esto tiene como consecuencia directa un aumento de peso, por lo que la FEC recomienda evitar en medida de lo posible los productos fritos y aquellos tratados con grasas animales.
En su lugar, es mejor pedir alimentos sanos como por ejemplo ensaladas que incluyan verduras de temporada. En cuanto al pescado y la carne, siempre cocinados al vapor o a la plancha. Otro aspecto importante que debemos controlar es el consumo de sal, que es la causante de una gran cantidad de problemas renales y cardiovasculares. Una buena idea es pedir que los platos se sirvan sin sal y posteriormente añadirla nosotros mismos.
La dieta más saludable para el verano
Si estamos en casa y podemos preparar las recetas lo mejor es utilizar todos los productos de temporada posibles, ya que además de estar a buen precio tienen propiedades que son muy saludables para el corazón. En este sentido, en verano podemos disfrutar de algunas hortalizas excepcionales como el tomate, la berenjena o los espárragos trigueros, que están riquísimos cocinados a la parrilla.
Debemos comer poca carne y sustituirla por pescado azul, un alimento rico en Omega 3 que es perfecto para cuidar la salud cardiovascular. Esta sustancia ayuda a regular el colesterol y se encuentra en abundancia en el atún, los boquerones o las sardinas. Y por último, para el postre también podemos decantarnos por una fruta de temporada, como el melón o la sandía. Esta última es especialmente recomendable, ya que apenas tiene azúcar y sí un gran contenido de líquidos.
El ejercicio físico es la mejor forma de proteger tu salud
No permitas que el aumento de la temperatura te deje atrapad@ en casa. En los meses estivales es absolutamente necesario practicar ejercicio físico a diario. Solo debes tomar precauciones para protegerte del sol y para ello lo mejor es salir a primera hora de la mañana o última hora de la tarde. Estos momentos del día en los que el sol no está en su plenitud son perfectos para dar un paseo, salir a correr, montar en bicicleta o realizar cualquier otro tipo de deporte. Sin embargo, tenemos que tener cuidado con la hidratación y llevar siempre que podamos una botella de agua con nosotros.
Descansa 8 horas al día
A veces no caemos en la cuenta que un descanso inadecuado está en el origen de una gran cantidad de problemas. Nos sentimos peor y con menos energía, pero también hacemos que nuestro corazón trabaje en exceso. En este sentido, los estudios demuestran que una siesta de media hora después de la comida no solo ayuda a recuperar la fuerza, sino que además reduce los niveles de estrés y presión arterial, que es uno de los principales motivos por lo que surge una enfermedad cardiovascular.
Espacios cardioprotegidos en verano
Las vacaciones y el verano coinciden con un aumento generalizado del consumo de alcohol. Si bebemos este tipo de bebidas en exceso el ritmo del corazón se acelerará, algo que puede tener consecuencias negativas en forma de arritmia o infartos. Por este motivo, las discotecas, hoteles y centros de ocio en general deben disponer de Desfibriladores Externos Semiautomáticos o DESA, que suponen la diferencia entre la vida y la muerte.
A partir de los 10 minutos del ataque cardiaco disminuyen drásticamente las probabilidades de sobrevivir del afectado, por lo que los locales turísticos no pueden permitirse el riesgo de esperar a que lleguen las asistencias. La mejor opción por tanto es tener uno de estos equipos instalados y listos para cualquier emergencia, además de formar al personal no sanitario en su uso. Solo de esta forma estaremos totalmente seguros para hacer frente a cualquier incidencia.
Además de eficaces y muy cómodos de manejar, los equipos de Desfibriladores pueden alquilarse. Por tanto, son la mejor opción para adaptarse sin problemas a las necesidades de tu negocio, a un precio inmejorable y con la certeza de que tus clientes estarán protegidos contra un ataque al corazón.
